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Comunicado preliminar

Jean-Claude Trichet, presidente del BCE,
Lucas Papademos, vicepresidente del BCE,
Madrid, 8 de junio de 2006

Señoras y señores, al vicepresidente y a mi nos complace darles la bienvenida a la conferencia de prensa celebrada en Madrid. Quisiera expresar mi agradecimiento al gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, por su hospitalidad, y a todo el personal del Banco de España por su excelente organización.

Permítanme ahora informarles del resultado de la reunión de hoy, a la que también han asistido el Sr. Juncker, presidente del Eurogrupo, primer ministro de Luxemburgo y el Sr. Almunia, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios.

En nuestra reunión de hoy, hemos decidido incrementar los tipos de interés oficiales del BCE en 25 puntos básicos. Esta decisión refleja los riesgos al alza para la estabilidad de precios a medio plazo identificados a través del análisis económico y del análisis monetario que realizamos. Este reajuste adicional de la orientación acomodaticia de la política monetaria contribuirá a garantizar que las expectativas de inflación a largo plazo de la zona del euro se mantengan firmemente ancladas en unos niveles acordes con la estabilidad de precios. Como se ha señalado en otras ocasiones, dicho anclaje constituye un requisito indispensable para que la política monetaria pueda seguir contribuyendo al crecimiento económico y a la creación de empleo en la zona del euro. En conjunto, incluso tras el incremento acordado hoy, los tipos de interés oficiales del BCE, están aún situados en niveles históricamente bajos, la liquidez sigue siendo abundante y nuestra política monetaria mantiene su carácter acomodaticio. Considerando las perspectivas para la evolución de los precios y el dinamismo del crecimiento monetario y del crédito en la zona del euro, seguiremos realizando un atento seguimiento de todos los factores para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo y a largo plazo.

Permítanme explicar nuestra evaluación con mayor detalle, comenzando con el análisis económico.

Todos los principales indicadores de la actividad económica publicados recientemente son positivos. Según la primera estimación de Eurostat, el crecimiento del PIB real de la zona del euro, en tasa intertrimestral, se incrementó en un 0,6% en el primer trimestre del 2006, frente al 0,3% registrado en el trimestre anterior, habiéndose observado una contribución significativa de la demanda interna. Por tanto, el repunte del crecimiento del PIB real esperado en los primeros meses del 2006 se ha materializado, lo que viene a confirmar nuestra valoración de que el crecimiento económico está adquiriendo un carácter más generalizado y sostenido. Dicha evaluación se ve corroborada, asimismo, por la información relativa a la actividad en el segundo trimestre —como los resultados de diversas encuestas de confianza y estimaciones basadas en indicadores económicos—, que sigue siendo optimista.

A más largo plazo, se dan las condiciones para que el crecimiento de la zona del euro se mantenga en niveles próximos a su tasa potencial, a pesar del impacto de la subida de los precios del petróleo. El crecimiento de las economías de los principales socios comerciales de la zona del euro sigue siendo fuerte, lo que constituye un respaldo para las exportaciones de la zona del euro. Se espera que el crecimiento de la inversión mantenga su dinamismo, beneficiándose de las favorables condiciones de financiación, de las reestructuraciones de los balances empresariales y de la mejora de los beneficios y de la eficiencia de las empresas. El crecimiento del consumo debería seguir fortaleciéndose con el paso del tiempo, en consonancia con la evolución de la renta real disponible, a medida que la situación de los mercados de trabajo mejore gradualmente.

Este escenario se refleja, asimismo, en las proyecciones macroeconómicas de los expertos del Eurosistema de junio, que aportan un elemento adicional a nuestro análisis sobre las perspectivas de la actividad económica. De acuerdo con las proyecciones, la tasa media anual del crecimiento del PIB real se situará en el 2006 en un intervalo comprendido entre el 1,8% y el 2,4% y entre el 1,3% y el 2,3% en el 2007. Las proyecciones relativas al crecimiento en el 2006 son prácticamente iguales a las publicadas por los expertos del BCE en marzo del 2006, mientras que las relativas al 2007 se han revisado ligeramente a la baja, como reflejo, principalmente, de la reciente subida de los precios del petróleo. La mayoría de las previsiones publicadas recientemente por organismos internacionales e instituciones privadas ofrecen un panorama muy similar. En la opinión del Consejo de Gobierno, los riesgos para estas proyecciones parecen estar, en líneas generales, equilibrados a corto plazo, mientras que los riesgos a la baja a más largo plazo están relacionados principalmente con el posible incremento de los precios del petróleo y con los desequilibrios mundiales.

En lo que se refiere a la evolución de los precios, de acuerdo con la estimación preliminar de Eurostat, la tasa de inflación interanual medida por el IAPC se incrementó hasta situarse en el 2,5% en mayo, frente al 2,4% y el 2,2% registrados en abril y en marzo, respectivamente. Aunque aún no se dispone de información detallada, este incremento se debe posiblemente a la evolución de los precios energéticos. Durante los próximos meses y en el 2007, se prevé que las tasas de inflación se mantengan por encima del 2%, y los valores concretos dependerán en gran medida de la evolución futura de los precios de la energía. Igualmente, a más largo plazo, no cabe esperar que las tasas de inflación se sitúen en niveles inferiores al 2%. Si bien se estima que la moderada evolución de los costes laborales continuará en la zona del euro durante el 2007, a consecuencia, entre otros factores, de las presiones de la competencia mundial, sobre todo en el sector manufacturero, se espera que los efectos indirectos de anteriores incrementos de los precios del petróleo y las modificaciones anunciadas de los impuestos indirectos tengan una influencia significativa al alza sobre la inflación. En este contexto, resulta fundamental que los interlocutores sociales continúen asumiendo sus responsabilidades a este respecto.

Las proyecciones de los expertos del Eurosistema de junio aportan un elemento adicional a nuestra evaluación de las perspectivas para la estabilidad de precios. Se estima que la tasa de inflación anual medida por el IAPC se situará en un intervalo comprendido entre el 2,1% y el 2,5 % 2006, y entre el 1,6% y el 2,8% en el 2007. Frente a las proyecciones de los expertos del BCE publicadas en marzo del 2006, estos intervalos representan una ligera revisión al alza del perfil de la inflación medida por el IAPC en el 2006, a consecuencia, fundamentalmente, del incremento incorporado en el supuesto sobre los precios del petróleo.

Según la opinión del Consejo de Gobierno, los riesgos para las expectativas referidas a la evolución de los precios siguen apuntando al alza e incluyen subidas adicionales de los precios del petróleo, la transmisión de dichas subidas a los precios de consumo más acusada de lo previsto hasta ahora, aumentos adicionales de los precios administrados y de los impuestos indirectos y, lo que es más importante, un dinamismo de la evolución de los salarios mayor de lo esperado, debido a los efectos de segunda vuelta derivados de los pasados incrementos de los precios del petróleo.

En cuanto al análisis monetario, el Consejo de Gobierno ha realizado un análisis detallado de la evolución subyacente del dinero y del crédito. En una situación de liquidez holgada y de acusada intensidad del crecimiento del dinero y del crédito, la tasa de expansión interanual del crédito concedido al sector privado ha continuado incrementándose durante los últimos meses hasta alcanzar cifras de dos dígitos. El crecimiento del crédito ha tenido un carácter más generalizado en todos los sectores. La tasa de los préstamos concedidos a hogares —principalmente para la adquisición de vivienda— y a sociedades no financieras ha mostrado un incremento muy acusado. Al mismo tiempo, el crecimiento monetario ha experimentado un repunte adicional durante los últimos meses, y la tasa de crecimiento interanual de M3 se ha situado en abril en el 8,8%.

El fuerte ritmo del crecimiento monetario sigue estando determinado principalmente por la expansión de sus componentes más líquidos. Por tanto, la evolución reciente confirma que el impulso derivado de los bajos tipos de interés sigue siendo el factor dominante de la elevada tasa tendencial de la expansión monetaria observada actualmente, que apunta a riesgos inflacionistas a medio y a largo plazo. La aceleración adicional del crecimiento del dinero y del crédito en este entorno de abundancia de liquidez apunta a un aumento de los riesgos al alza para la estabilidad de precios a más a largo plazo. Por tanto, el crecimiento monetario reclama un atento seguimiento, considerando, asimismo, el fuerte dinamismo de los mercados de la vivienda.

En síntesis, se proyecta que las tasas anuales de inflación se mantengan en niveles elevados en el 2006 y en el 2007, y los riesgos para esta perspectiva apuntan al alza. Teniendo en cuenta la fortaleza del crecimiento monetario y del crédito y la holgada situación de liquidez, el contraste de los resultados del análisis económico con los del análisis monetario confirma que siguen existiendo riesgos al alza para la estabilidad de precios a medio plazo. De aquí que resultase necesario efectuar un ajuste de los tipos de interés. Actuando en el momento oportuno, el Consejo de Gobierno está contribuyendo a mantener las expectativas de inflación a medio y a largo plazo en niveles compatibles con la estabilidad de precios y, con ello, continúa favoreciendo la sostenibilidad del crecimiento económico y la creación de empleo. En conjunto, nuestra política monetaria mantiene una orientación acomodaticia y el Consejo de Gobierno seguirá realizando un atento seguimiento de todos los factores, a fin de evitar que los riesgos para la estabilidad de precios lleguen a materializarse.

Por lo que se refiere a las políticas fiscales, las previsiones publicadas recientemente por la Comisión apuntan a una situación similar en la zona del euro durante el 2006 y el 2007; se espera que las ratios de déficit se mantengan en torno al 2,4 registrado en el 2005, mientras que las ratios de deuda, tras observar un descenso marginal, se mantendrían en niveles superiores al 70% del PIB. Esta perspectiva resulta desalentadora, particularmente en el contexto económico actual. La mayoría de los países que presentan un déficit excesivo no han corregido su posición fiscal de manera oportuna. Por otra parte, existe el riesgo de que se produzcan retrasos en el saneamiento de las finanzas públicas de otros países. Es indispensable evitar los errores del pasado, que han impedido a muchos países lograr posiciones suficientemente saneadas en tiempos de bonanza. El Consejo de Gobierno considera que en algunos países es necesario realizar un avance más decidido para lograr el saneamiento de las finanzas públicas y que deben aplicarse sin dilación medidas concretas y creíbles integradas en una estrategia orientada a medio plazo, asimismo, es vital consolidar la confianza en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento reformado a través de la garantía de la sostenibilidad de las finanzas públicas en la zona del euro.

En lo que concierne a las reformas estructurales, el Consejo de Gobierno reiteró su llamamiento a la aplicación de medidas firmes orientadas a garantizar la apertura, la competitividad y el buen funcionamiento de los mercados de productos y de trabajo, que contribuyan a la creación de un entorno favorable para la inversión y la innovación y al fomento de la flexibilidad de los precios y los salarios. Existe un consenso amplio y firme en cuanto a que dichas reformas resultan beneficiosas para promover el crecimiento y el empleo y para reforzar la resistencia de la economía de la zona del euro ante perturbaciones externas. Al mismo tiempo, estas reformas facilitarán, asimismo, los ajustes necesarios en el ámbito de la zona del euro reduciendo las rigideces que, en algunas economías, contribuyen a una evolución salarial que da lugar a un crecimiento de los costes laborales unitarios elevado y persistente, un aumento de las presiones inflacionistas y a pérdidas de competitividad. Como ejemplos de tales rigideces pueden citarse un bajo nivel de crecimiento de la productividad debido a falta de competencia en algunos sectores y una indexación, explícita o de facto, con respecto a los precios de los salarios nominales. Todo considerado, la adopción de un amplio conjunto de reformas resulta esencial para reforzar los fundamentos del crecimiento sostenido del producto y del empleo en el conjunto de la zona del euro, para apoyar la actual recuperación económica y para agilizar el funcionamiento de los mecanismos de ajuste en la zona del euro, y facilitar así la aplicación de la política monetaria única.

Quedamos a su disposición para contestar a sus preguntas.

La redacción literal acordada por el Consejo de Gobierno puede consultarse en la versión inglesa.

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